Pipipi

28.9.15

Esto es Hanoi. La ciudad del ruido, de las tiendas, de la comida callejera y de los claxon.
Pipipipi.
Aquí pitan para hacerse oír y hacerse ver. Pitan para avisar que llegan, que se van, que cruzan o que vienen.
Pipipipipi. Me monto en una moto y mi motorista se salta un semáforo en rojo. Pipi. Yo cierro los ojos y él esquiva a los demás cómo si la vida fuera un videojuego.
Pipipi. Las aceras están tan llenas que no hay espacio para caminar. Hay restaurantes improvisados y gente y más gente de cuclillas. Postura incómoda. La acera es suya. De los vendedores, los vagos, los cocineros y los buscavidas.
Pipipi. Los "listos" intentan cobrarte de más por cada viaje en coche, en moto, en taxi o en tuctuc. Pero no solo. Te preguntan de dónde vienes. Dicen que solo quieren practicar inglés. No contestas. Insisten. No son timadores, argumentan. Solo quieren hablar.
Pipipi."Quería una botella de agua, por favor". "Son 20 dongs", aclara. "Cómo 20?? - pregunto - Si acabo de ver una señora pagando 10...". "Pero tu eres turista", me contesta. 
Y el turista ve belleza en todo. Hasta cuando te timan. O cuando hay basura en el suelo. "Una ciudad decadente", describen unos. "Con ritmo propio", añaden otros. La ciudad del caos, de las multitudes y del amontonamiento. De las falsificaciones y la comida callejera. 
Pipipipipipipi. 

You Might Also Like

0 comentarios

Subscribe