Chilique
28.4.17
Le enseñé la palabra "chilique", "dar chilique", le dije. Porque en los viajes los chiliques son inevitables. A mi me puede el hambre, los hoteles sucios, la falta de ventanas. Él se deja derrotar por el cansancio, el dolor de cabeza, el exceso de calor.
Yo quiero salir, él se quiere quedar. El eterno dilema.
- Viajamos parecido - comentamos con orgullo.
Nos gusta callejear, visitar lo mínimo, turistadas las justas. Nos gusta comer bien, movernos mucho, mochila ligera y camara de fotos a mano. Yo pido sunset, él pide cerveza.
Pero no hay perfecto.
- Oye... Estás dando chilique? - pregunta él cuando me enfurruño por un baño sucio o por su mania de "no desayunar ni comer". Le digo que sí, seria. Acabamos riéndonos. Concluyo que el chilique nos vino a salvar de los chiliques. Ponerle nome extranjero ayuda a quitarle dramatismo al mal humor viajero.
Yo quiero salir, él se quiere quedar. El eterno dilema.
- Viajamos parecido - comentamos con orgullo.
Nos gusta callejear, visitar lo mínimo, turistadas las justas. Nos gusta comer bien, movernos mucho, mochila ligera y camara de fotos a mano. Yo pido sunset, él pide cerveza.
Pero no hay perfecto.
- Oye... Estás dando chilique? - pregunta él cuando me enfurruño por un baño sucio o por su mania de "no desayunar ni comer". Le digo que sí, seria. Acabamos riéndonos. Concluyo que el chilique nos vino a salvar de los chiliques. Ponerle nome extranjero ayuda a quitarle dramatismo al mal humor viajero.
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